lunes, 14 de febrero de 2011


Este cuadro, cuya foto me envió mi querido amigo Paco López Roso, pertencece a la primera etapa pictórica de mi padre, marcada por la influencia del romanticismo. Los colores marcadamente claros y el agua inmóvil, hacen del paisaje un paisaje irreal, donde la razón deja paso al sentimiento. Me gusta mucho este cuadro, porque refleja como era mi padre: tranquilo, sosegado,  soñador y cazador de ilusiones