martes, 19 de enero de 2016

Para los Gaitanes

Ha pasado mucho tiempo desde la última entrada, un tiempo necesario para cerrar heridas. Ahora, ya renovada de algún modo, vuelvo para dar las gracias a los hermanos y primos de mi padre que han creado un grupo de Whatsaap para contarse historias nuevas y rememorar viejas historias, entre ellas algunas de o con mi padre, Mauri.
Gracias a mi primo Jesús, me llega este cuadro de rosas que en su día le regaló mi padre.
¡Ánimo y seguid con vuestros Whatsaap, Gaitanes!

lunes, 11 de abril de 2011

Curiosa la vida

Curiosa la vida. Hoy hace un año que enterramos a mi padre y al abrir, como casi todos los días el correo, me llevo la maravillosa sorpresa de que unos  amigos de Arroyo de la Miel, Fernando y Arancha,  me han enviado un cuadro que les regaló mi padre, ellos que no saben qué fecha es hoy. Es una foto que esperaba hace mucho tiempo, pero es justo en este día tan significativo cuando la recibo. Me planteo muchas cosas como que no sé quién (o sí, Fernando y Arancha) ni sé por qué motivo, pero un email ha hecho que este día no sea tan triste y que recuerde lo mucho que disfrutaba de la vida  mi padre. No hay mejor recuerdo que ése, y me voy sintiendo mejor.

viernes, 11 de marzo de 2011

Barquito de recuerdos



Hoy me siento un barquito de una pieza, de ésos a los que jugamos con un lápiz y una hoja de cuadros y gana quien hunde la flota del contrario. Hoy me siento un barquito de uno. El calendario lanza su coordenada, 11-3-10, y da de lleno. Tocado y hundido.

jueves, 3 de marzo de 2011

Chardin (gracias Maribel)

Comienza marzo, mal mes en cuestión de  recuerdos.
El martes pasado, el Museo del Prado inauguró una muestra antológica del pintor francés Chardin (1699-1779) el gran maestro del bodegón. Si estuviese mi padre, ayer u hoy ya habría ido a visitarla, como decía él, a patearla y masticarla. Luego, por la noche, me hubiese llamado para hacerme una crónica extensa de la exposición de no menos de 15 minutos sin parar de hablar. Hubiese insistido en que fuera y en que no me la puedo perder.  Hace un año que no voy al Prado. La razón: no he sido capaz. Hoy, leyendo la información de la muestra y mientras escríbia aquí, me he dado cuenta  que le hago un flaco favor al no ir al Prado. He sido consciente  que el mejor regalo que puedo hacerme y hacerle a mi padre es visitar la exposición, ésta y otras. Bueno, el mejor regalo que puedo hacerle es disfrutar de la vida, a secas.  Como dice mi amiga Maribel Matallanas, “sí, hay que vivir”,  y me parece oírla tatarear una canción de Humet que ella me ha descubierto:
¡Hay que vivir, amigo mío!
Antes que nada hay que vivir,
y ya va haciendo frío,
hay que burlar ese futuro
que empieza a hacerse muro en ti.

jueves, 24 de febrero de 2011

La Alhambra y el Sacromonte

De Andalucía, mi padre sentía un especial cariño por Málaga, donde disfrutamos de muchos momentos inolvidables. Le gustaba su clima, su mar, sus pueblos blancos, la serranía, su pescaíto, la Semana Santa, la Feria, Casa Guardia... Siempre decía que cuando se jubilara se iban a ir a vivir a Arroyo de la Miel, mi madre y él, a lo que ésta respondia que no porque estabamos nosotras. La jubilación llegó y también Marina, su nieta, y las ganas de vivir en Arroyo se esfumaron, para tranquilidad de mi madre. Sevilla le encantaba. Según él, era la ciudad más bonita de Andalucía. Sin embargo fue Granada con su Alhambra, el Albaicín y el Sacromonte los que le inspiraron para que les retratara. 



Málaga para vivirla, Sevilla para pasearla y Granada para pintarla.



viernes, 18 de febrero de 2011

"Amiga Pintura"

Un cielo atendido apenas
Da su lejanía al claro
Del ramaje. Yo separo
Los azules. Son ajenas
Sus glorias a las terrenas
Islas del Mayo mejor.
Junto al agua está un pintor,
Regente de esta hermosura.
Pinta bien: se me apresura
Todo Mayo hacia un amor.

Jorge Guillén, de Cántico. A su amigo Christopher Hall, pintor inglés.

lunes, 14 de febrero de 2011


Este cuadro, cuya foto me envió mi querido amigo Paco López Roso, pertencece a la primera etapa pictórica de mi padre, marcada por la influencia del romanticismo. Los colores marcadamente claros y el agua inmóvil, hacen del paisaje un paisaje irreal, donde la razón deja paso al sentimiento. Me gusta mucho este cuadro, porque refleja como era mi padre: tranquilo, sosegado,  soñador y cazador de ilusiones

martes, 8 de febrero de 2011

Para esas personas como Sagrario Lucas

La primera idea que me movió a crear este blog fue la de dar a conocer la obra pictórica de mi padre, de la que me siento tremendamente orgullosa, como de su persona. A lo largo de este duro y enriquecedor camino, he descubierto que hay personas cuyas obras se desconocen porque no se pueden plasmar en lienzos o en piedra, sino en la vida de los demás. Son desconocidas porque su finalidad es  sevir al prójimo próximo - como dijo Benedetti- sin más interés que compartir con ellos su cariño y su tiempo. Quiero rendirles mi particular homenaje a todas esas personas en general y a mi tía Sagrario en particular que junto con un grupo de voluntarios como ella han contribuido a hacer más fácil la vida de los enfermos mentales y de sus familiares, creando y participando en la  Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos Mentales de Moratalaz, AFAEMO. Porque todo el mundo tiene derecho a disfrutar de su propio campo iluminado de amapolas rojas.

¿Cómo devolver el cariño?


Nacer con un don es una suerte pero tener amigos como Paco López y su mujer, Mari, de Ciudad Real, y sus hijas Mari Ángeles y Gemma es una bendición. Esta historia es ahora también la vuestra.

Gracias a los cuatro por hacerme llegar las fotos de los cuadros de mi padre, como este óleo de un bosque otoñal. Desde aquí os mando mi corazón y el de mi familia.

lunes, 7 de febrero de 2011

En mi jardin

El dueño fui de mi jardin de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos;
y muy siglo dieciocho y muy antiguo
y muy moderno, audaz, cosmopolita;
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,
y una sed de ilusiones infitina.
Yo supe del dolor desde mi infancia,
mi juventud, ¿fue juventud la mía?,
sus rosas aun me dejan su fragancia,
una fragancia de melancolía.
Potro sin freno se lanzó mi instinto,
mi juventud montó potro sin frenó;
iba embriagada y con un puñal al cinto;
si no cayó fue porque Dios es bueno.
En mi jardin se vio una estatua bella;
se juzgó mármol y era carne viva;
un alma joven habitaba en ella,
sentimental, sensible, sensitiva (...)

 de Cantos de vida y esperanza. Ruben Darío